Las desigualdades representan un grave problema a nivel mundial. Son el principal obstáculo para lograr el desarrollo sostenible, y a menudo se ven exacerbadas por los flujos migratorios masivos causados por los conflictos políticos o los desastres ambientales.
En Venezuela, la represión política y el deterioro de la situación económica desencadenaron un movimiento migratorio masivo, causando profundos cambios en América Latina y el Caribe.
En una región en la que las tasas de desigualdades socioeconómicas ya superaban en un 30 % la media mundial, la llegada de casi 6,8 millones de refugiados venezolanos, a menudo en situación de vulnerabilidad, constituyó un auténtico desafío en términos de atención. Dentro de las sociedades de asilo, esta ola de migrantes a veces ha sido percibida como una amenaza, por lo que muchos ciudadanos venezolanos se han visto confrontados con reacciones de exclusión y de rechazo.
En 2021, 15 000 venezolanos estaban refugiados en Cuenca, en la provincia de Azuay. El 25% de ellos vivían en la calle.
Dada la magnitud del fenómeno y sus repercusiones en términos de refuerzo de las desigualdades, los gobiernos y actores humanitarios de la región han trabajado para aportar ayuda a estas poblaciones. En 2018, se creó la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V) para facilitar la articulación de sus esfuerzos.
Esta plataforma, establecida bajo los auspicios de la Organización Internacional para las 29 Migraciones (OIM) y del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ha tenido el mérito de reunir las contribuciones de una amplia gama de actores gubernamentales y no gubernamentales, a nivel internacional y en 17 países de América Latina y el Caribe. En pocos meses, la R4V logró elaborar su Plan regional de respuesta para refugiados y migrantes.
Esto dio lugar a la definición de tres ejes prioritarios de intervención: la construcción de una respuesta humanitaria coordinada a las necesidades de los refugiados y de los migrantes venezolanos, la promoción de su integración socioeconómica en las comunidades de acogida y el refuerzo de la protección de sus derechos fundamentales.
Para acompañar la aplicación de políticas y de medidas concretas, la R4V se desplegó a través de plataformas nacionales dedicadas en los principales países de asilo (Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú), así como en entidades de coordinación plurinacionales en el Caribe, en América Central, en México y a nivel del Cono Sur.
La fundación Haciendo Panas
La fundación es uno de los socios claves del GISE. La ONG fue fundada en 2018 para
ofrecer a los migrantes venezolanos espacios de sociabilidad. Con sede en Cuenca, trata
de ayudar a los refugiados en situación irregular instalados en la región. Ya ha
conseguido preparar a un gran número de ellos para su entrada en el mercado laboral.
También ha trabajado por el diálogo intercultural, una garantía de convivencia pacífica
entre las comunidades.
Con la atención a 11 417 venezolanos entre enero y marzo de 2023, Ecuador se ha convertido en un actor modelo en la implementación del Plan regional de respuesta para refugiados y migrantes. La creación del Grupo de Trabajo de Integración Social y Económica (GISE) ha sido una de las medidas claves adoptadas para facilitar la acogida de las personas en las diferentes provincias.
En todo el país, el proceso de integración se ha materializado en medidas para la integración económica de las personas y su acceso a las oportunidades de empleo. El GISE también ha establecido redes de apoyo y espacios de participación para las poblaciones refugiadas, promoviendo el establecimiento de un diálogo pacífico y nutrido con las comunidades locales. Esos esfuerzos han tenido un impacto decisivo sobre la cohesión social y la inclusión de los venezolanos en sus sociedades de acogida.
Una de las claves del éxito del modelo ecuatoriano ha sido movilizar en torno al GISE a un amplio abanico de actores civiles, gubernamentales e internacionales, que han contribuido activamente al esfuerzo de inclusión. La colaboración de 26 socios, entre ellos, ONG locales como la fundación Haciendo Pana, ha permitido llevar a cabo acciones diversas e integradas en todo el país y a varios niveles de gobernanza.
« América Latina no es el continente más pobre, pero quizás sea el más injusto » - Ricardo Lagos, antiguo presidente de Chile, en la Cumbre de las Américas de 2004.
Co-autores: Olivier Dabène
y Laurie Servières
Cartógrafa: Aurélie Boissière
